La evaluación formativa consiste en un abanico de procedimientos de
evaluación, formales e informales, integrados en el proceso de
enseñanza-aprendizaje y orientados a modificar y mejorar el
aprendizaje y comprensión de los alumnos.
Otra definición, también muy genérica pero clarificadora es ésta:
La evaluación formativa es el proceso utilizado por profesores y
alumnos durante el período de enseñanza-aprendizaje que aporta la
información necesaria (feedback) para ir ajustando el proceso de
manera que los alumnos consigan los objetivos propuestos.
(Melmer,
Burmaster y James, 2008)8
.
El elemento formal (que hace que la evaluación sea precisamente formativa) está
en aportar información (feedback) durante el proceso para mejorar los resultados
finales.
La evaluación formativa no es un añadido, sino una parte integral del proceso,
tanto como lo son las explicaciones del profesor. Cuando se habla de proceso lo que se
quiere decir que es que no hay un tipo de prueba en concreto que acapare el término de
evaluación formativa, sino que caben muchas estrategias distintas (que apuntamos más
adelante).