La evaluación formativa cuya finalidad no es en principio calificar sino ayudar
a aprender, condicionar un estudio inteligente y corregir errores a tiempo. Esta
evaluación formativa no es un punto final sino que está integrada en el proceso de
enseñanza-aprendizaje. Por utilizar una analogía agrícola, una cosa es recoger la
cosecha (evaluación sumativa) y otra distinta cuidar y fertilizar nuestro campo de
manera eficaz para que nos dé una buena cosecha (evaluación formativa).
En el enfoque formativo de la evaluación distinguimos por lo tanto dos
características relacionadas entre sí; el para qué y el cuándo de la evaluación.
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